De la serie al proyecto.

Artículo extraido de la revista ‘Responses Photo’. nº especial 17 «Qué es una serie Fotográfica»

Autor: Jean-Cristophe Béchet

 

En un tiempo no muy lejano, el fotógrafo ‘típico’ era un personaje solitario que se paseaba con un aparato de fotografía en bandolera dispuesta a disparar en cualquier momento. Una bella luz, una acción espectacular, el vuelo de un pájaro, el encuentro de una bonita chica… y entonces el botón de disparo se ponía a humear…

El mejor fotógrafo era entonces el que ‘disparaba’ más rápido y el que dominaba con habilidad la composición en su encuadre.

El gran público se impresionaba por su capacidad de tener un buen ojo, los expertos disertaban sobre su técnica y sólo algunos raros iniciados tenían en cuenta su forma particular de encuadrar.

Un buen reportaje fotográfico debía ser una espectacular captura del ‘momento decisivo’ y un paisaje bien recogido debía ser como ‘un cuadro’

Nadie imaginaba que una fotografía podía ser juzgada en el marco de una obra, o incluso en el de una continuidad narrativa.

Los libros de fotos (salvo algunas excepciones como Krull, Brassaï, Frank o Klein) eran recopilaciones de bellas instantáneas. Como un coleccionista de sellos o de insectos, el fotógrafo pasaba su vida acumulando imágenes con fuerza. El objetivo, al final de su carrera, era poder organizar una exposición retrospectiva con sus más bellas ‘capturas’

Fin de la caza de mariposas

Hoy la fotografía ya no se concibe más como una caza de mariposas. Porque las ‘mariposas’ se han rebelado: el derecho a la imagen y la privatización del espacio público han cambiado el hecho fotográfico.

El fotógrafo, a partir de ahora, es ‘persona non grata’ en las grandes ciudades. La recolecta de momentos sorprendentes y de anécdotas visuales ha devenido un desafío imposible, al menos en Europa.

Extraña coincidencia, ya que en paralelo los smartphones han invadido los lugares privados y públicos. Moraleja, se ve circular por todos los lados y todo el tiempo , cada vez más , fotos familiares (a menudo muy íntimas!) y simultáneamente , se percibe, cada vez menos, ‘verdaderos’ fotógrafos de oficio que lleguen a capturar instantáneas in situ.

Una constatación parece imponerse: si usted se cruza en la calle un hombre o mujer que se pasea con un aparato de fotografía, usted puede estar seguro de que no se trata de un ‘fotógrafo contemporáneo’ sino verdaderamente de un turista.

En efecto, los creadores-fotógrafos actuales trabajan de otra forma radicalmente diferente. Ellos van a elegir precisamente su ‘sector’ de actividad y del cual no se van a desviar. Se van a especializar interesándose en sujetos concretos o en temáticas precisas. Y van a desestimar el resto. El azar no es ya buscado ni es revalorizado.

El tiempo de la captura ‘con un poco de suerte’ ha finalizado. A partir de ahora, se elige después de investigaciones maduras, se planta con parsimonia sus granos, se riega científicamente su parcela, se espera sabiamente a que la planta esperada crezca y después al final solamente, viene el tiempo de la cosecha.

En lenguaje fotográfico esto quiere decir:

–          Elegir un sujeto

–          Documentarse sobre esa cuestión

–          Evaluar su factibilidad

–          Afrontar su presupuesto de realización

–          Informarse sobre la existencia de trabajos sobre el mismo tema.

–          Encontrar contactos que nos facilitarán las tomas,

–          Determinar el momento adecuado para operar.

–          Contactar eventuales colegas para las etapas futuras de producción

Y después, finalmente, pasar a la acción si todo esto ha sido validado!

Quedará a continuación afrontar las etapas de post-producción, de redacción de textos, de selección de imágenes, de elección de los formatos, de realización de las impresiones, de concertar citas para mostrar el trabajo… el momento de la toma de imágenes no es más que el corto instante de ‘paso a la acción’ en un largo proceso tan intelectual como básicamente material.

La habilidad técnica ya no es suficiente

Como explicar esta mutación del comportamiento fotográfico? Varios eventos cruzados, han intervenido en mi opinión… Citaré tres que han cambiado el hecho fotográfico desde hace una decena de años:

–          El fotógrafo ya no es depositario de un saber técnico complejo. La llegada de aparatos de fotos digitales automatizadas, muy capaces, que se pueden utilizar sin ningún conocimiento técnico real, democratiza la práctica de la foto y hacen la apreciación de la foto menos directamente ligada con el resultado positivo técnico. El fotógrafo ‘experto’ debe entonces diferenciarse de otra forma que por la habilidad técnica o la virtuosidad visual.

–          La aceptación de la fotografía en el campo de las artes plásticas y del arte contemporáneo han dado un golpe de efecto estético poniendo en cuestión las prácticas del pasado. El arte contemporáneo privilegia la novedad, la vanguardia y la tendencia están hoy en las obras más pensadas que en los trabajos espontáneos.

Además, el arte contemporáneo es por naturaleza un dominio ‘abierto, donde se preocupa menos de la precisión del gesto que de la originalidad de una evolución y compromiso de su autor.

–          Hoy el mundo entero es conocido, el turismo de masas se ha desarrollado, lo pintoresco está sobreexplotado, y se ha hecho muy difícil de captar la atención de un auditorio (fuera de la familia) con bellas imágenes de lugares ya vistos y revistos. Estamos todos saturados de fotos turísticas , políticas, eróticas, poéticas, estéticas…incluso los aspectos formales parecen todos haber sido ya experimentados. Todas las audacias en el encuadre o en la composición han sido ya afrontados. Entonces, una cuestión se pone en evidencia. ¿Qué fotografiar cuando se quiere hacer algo diferente que la foto de familia?

… CONTINUARÁ…

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