A diferencia de la fotografía del día anterior, en este caso se trata de una escenificación pura y dura para los turistas.
Esta mujer, con un gran instinto para los negocios, se coloca donde paran los autobuses turísticos ofreciendo sus servicios como modelo junto con Blanca (como no) o bien vendiendo prendas que dice que son de la alpaca de máxima calidad elaboradas por gente de la zona.
Luego alucinará con unos personajes que se ponen contentos al toca a su alpaca… ¡si es que estos turistas están locos!