El bueno, el feo y el malo es una de las películas de western más conocidas de toda la historia del cine. Está escrita y dirigida por Sergio Leone (‘La muerte tenía un precio’, ‘Por un puñado de dólares’). Se estrenó en 1966.
Está protagonizada por Clint Eastwood, Eli Wallach y Lee Van Cleef.
Durante la Guerra de Secesión, tres hombres se lanzan en busca de 200.000 dólares en monedas de oro robadas al ejército sudista. Cada uno de ellos conoce algo importante sobre el tesoro, el nombre del pueblo, el cementerio y el nombre inscrito sobre la lápida sepulcral que sirve de escondite.
Buena parte de su grabación transcurrió en España, entre Burgos y Almería. En concreto, el final, que es una de las mejores escenas de la película y uno de los finales más famosos y aplaudidos, está rodado en el Valle de Mirandilla cerca de Santo Domingo de Silos. Allí construyeron el cementerio de Sad Hill, en el que los tres protagonistas pretenden encontrar el botín.
El documental
Como curiosidad importante os cuento que el lugar se está restaurando a través de una asociación cultural, que en 2016 celebró el 50 aniversario del estreno de la película. Esta asociación no solo está recuperando el lugar, sino que está recopilando todo lo que acompañó a la grabación de la película, historias, fotografías y documentos. Poca gente sabe, por ejemplo, que en la construcción de las mas de 5000 tumbas del cementerio participó el Ejército español… Además realizan todos los años un certamen de cortos de cine western. Toda esta historia está recogida en el documental Desenterrando Sad Hill, que se puede ver en Netflix, y que os recomiendo que veáis.
¿La fuente de inspiración? La escena final del cementerio. Me costó encontrar 3 Playmobil vestidos de vaqueros y con una ligera semejanza con los tres protagonistas, y las cuatro cruces que se ven de fondo hacen el resto. Utilicé un cartón pluma marrón que tengo y suelo usar mucho como fondo de fotos, y simulé el cielo con un filtro de los NikSoftware.
Mención aparte está la banda sonora, escrita por Ennio Morricone, que es fantástica y supuso un antes y un después en el tratamiento de la música en el western, acostumbrado a grandes piezas épicas. ¿Quién no la ha tatareado?