Esta fotografía fue tomada durante la operación de vigilancia de la mafia rusa afincada en Valladolid. Dirige la organización junto a Esther Neilova de la que no se separa (se rumorea que hay algo más que una relación profesional) y es el brazo ejecutor de las operaciones más despiadadas. Se dice de él que antes de enterrar a sus víctimas, siempre trocea parte de ellas y se las da a los invitados a sus fiestas en forma de hamburguesas. Los más cercanos cuentan que por las noches escribe poesía y ensayos sobre la comunicación y el periodismo mientras bebe un whiskey y escucha al «Boss».
Para saber más del tratamiento echa un vistazo a este post.
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