Día de transición en el viaje, haciendo kilómetros por carretera y aprovechando para ver las espectaculares vistas, pero bastante negro desde el punto de vista fotográfico.
El punto álgido del día fue la visita al valle del Colca. Un río originado fundamentalmente por hundimientos del suelo tras los sucesivos terremotos.
El valle se diferencia en dos zonas, la zona alta, más abierta y con laderas de fuerte pendiente pero en las que es posible aún construir las habituales terrazas en las que se desarrolla la agricultura y que empezaron a construir los Incas. La zona baja cerrada y con espectaculares cañones y en los que es posible observar con algo de suerte el vuelo del cóndor, que aprovecha las corrientes cálidas de aire que se forman para ascender miles de metros sin un solo aleteo.
En la siguiente foto os muestro una panorámica que no hace justicia al lugar y en la que se pierde la escala del pico que alcanza un desnivel con el nivel del río de unos 1200 metros.
Pensaba incluir alguna espectacular foto del vuelo del cóndor pero, como casi siempre, me falta equipo. Imprescindible un tele del orden de un 600 mm para poder abordar este tipo de fotografía, aunque he de decir que era de los más preparados del lugar y la gente se obstinaba en tratar de tomar la foto con un móvil. A modo de ejemplo un recorte brutal que hice en una de las fotos:
